Fue un grato descubrimiento. Un hallazgo literario que nos impulsó a echar a andar la memoria y evocar algunos tiempos idos. Nos topamos con un tal Joe Brainard, un artista plástico que en 1970 escribió “Me acuerdo”, libro publicado recientemente en español por la editorial Sexto Piso. Se trata de una remembranza, en textos breves, en su mayoría frases de una sola línea, sobre eventos y sensaciones de su vida. Un “mapa del alma”, le llamó Paul Auster. Para nosotros fue una evocación que nos contagió sin remedio.
Sin ánimo de hacerle un homenaje a Brainard, sino de compartir un pedazo de lo que nos conmovió, van a continuación algunos de nuestros “Me acuerdo” y un pretexo para invitarlos a compartir aquí los suyos.
Roberto C. y Bárbara C.
Aquí van algunos "Me acuerdo" de Roberto C.:
Me acuerdo que el primer gol que me metieron fue por distracción. Fiel a mis 4 años, prefería columpiarme en el travesaño a defender la portería.
Me acuerdo de mi primer día de escuela. Me aferré a la pierna de mi madre hasta que el hoyo negro que había en el salón me absorbió.
Me acuerdo que iba al cine Manacar con mi novia, pero no me acuerdo de ninguna de las películas que vimos.
Me acuerdo del jardín de la casa de mi padre, de su fuente, sus árboles y de la lluvia, sobre todo de la lluvia
Me acuerdo que me enamoré de la enfermera de mi pediatra y siempre me pareció muy joven para ser la esposa del doctor.
Me acuerdo de los “domingos”, esa distante, sabia y abandonada manera de enseñarle a los niños a manejar dinero y ahorrar.
Me acuerdo que me gastaba mis “domingos” en chocolates, papas, y aviones y carros para armar marca Lodela.
Me acuerdo que en una subasta perdí, en una puja, una pintura de Brian Nissen, cuyo nombre ya no recuerdo.
Me acuerdo que un amigo me regaló “Limulus”, un libro con las fotos de las esculturas de Brian Nissen sobre ese animal prehistórico que aún vive y del que desde entonces soy fan.
Aquí van algunos "Me acuerdo" de Bárbara C.:
Me acuerdo de la primera vez que tomé refresco en bolsa de plástico con popote.
Me acuerdo de las “llaves” especiales que se utilizaban para aprovechar al máximo los residuos de los tubos de la pasta de dientes.
Me acuerdo de la sensación en la barriga cuando pasábamos por los altibajos de Calzada de Tlalpan rumbo al Centro.
Me acuerdo que quería ser bombera.
Me acuerdo de haber pedido decenas de veces que me leyeran “Aymeduele, el buen doctor”. Me provocaba inmensa alegría: “Viva Aymeduele, el doctor que cura cualquier dolor”.
Me acuerdo del engrudo que preparábamos en la escuela para hacer piñatas de barro en diciembre.
Me acuerdo de las bombas de chicle que hacía cuando jugaba en la segunda base.
Me acuerdo de la estampa de un perro salchicha que mi hermano y yo pegamos furtivamente en la guantera de nuestro Volskwagen naranja.
Me acuerdo que me sentía “grande” remojando las galletas María en mi vaso de leche fría, como lo hacía mi mamá en su café con leche.
Me acuerdo del plato con la imagen de Neil Armstrong en la Luna, que usaba para desayunar los fines de semana. Mi papá siempre me recordaba que el primero que había viajado al espacio exterior era Yuri Gagarin.
Me acuerdo de la mesa de la casa llena de vasitos de gelatina roja para mi fiesta de cumpleaños.
Me acuerdo del flúor sabor uva que me aplicaba el dentista. De cualquier modo, me daban ganas de vomitar.
Me acuerdo que cuando era niña me enfermaba más de la garganta que del estómago, pero me acuerdo más del nauseabundo Kaopectate que de las inyecciones de penicilina.
Me acuerdo que empecé a leer seriamente el periódico cuando se negociaba el Tratado de Libre Comercio. No entendía nada, pero me disciplinaba y leía todas las noticias y artículos completos sobre cualquier tema, me interesara o no.
PS. La editorial Sexto Piso lanzó una convocatoria para los mejores “Me acuerdo” por si alguien está interesado en participar.
2 comentarios:
Agradezco que compartieran sus “Me acuerdo”, disfruté leyéndolos. Fiel a la creencia de la reciprocidad y atendiendo a su invitación…
Me acuerdo del dulce aroma de la casa de mi abuelita cuando preparaba pan de elote.
Me acuerdo del primer regalo que le compré a mi hermana ahorrando mis “domingos”.
Me acuerdo de la primera vez que hice el desayuno para mi papá y mamá. El menú incluía hotcakes pero confundí la cantidad recomendada de leche. Los jueces se asombraron del aspecto de aquellos hotcakes, pero agradecieron el gesto y gustosos los consumieron. Lo bueno que también había jugo.
Me acuerdo que aprendí el nombre de los planetas con una canción de Odisea Burbujas que una compañera me enseñó.
Me acuerdo que el término sfumato y la explicación de esa técnica me gustó desde la primera vez que lo leí.
Lorena C.
¡Bienvenida a bordo a Conocimiento útil, querida vecina! Además, me alegro que se haya estrenado con algo tan personal.
¡Hasta la próxima entrada!
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