"Hace cincuenta horas, en uno de los muchos eventos del Darwin Festival de la universidad, leí el siguiente fragmento ante un variopinto público de creadores literarios:
'Entre las más curiosas serpientes están las Amphisbaenae [...] Son de forma cilíndrica, prácticamente no tienen cuello, y su cola mocha, que no mide más de una pulgada, tiene la misma forma que la cabeza. [El ojo es tan pequeño que es casi imperceptible.] Esta peculiar morfología, aunada al hábito de avanzar retorciéndose hacia atrás y hacia adelante, ha inspirado la fábula de que tienen dos cabezas, una en cada extremo de su cuerpo.'Hace ciento cincuenta años, esta fascinante descripción salía de la pluma del naturalista británico Henry Walter Bates (1825-1892), quien en 1859 regresaba a Londres después de una estancia de once años en la Amazonia.
Hace poco más de trescientos cincuenta años, la descripción de Bates hubiera encontrado interesante ilustración en la siguiente imagen, publicada en Roma en un compendio de historia natural mexicana.
En cinco horas me gustaría despertar sin sentir que la Amphisbaena sigue sirviendo para describir algunos matices de nuestra realidad política."
Iris M.
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