Una perla se nos va de Coyoacán (snif, snif). Nuestro restaurante japonés de confianza, Mukyu, ha cerrado sus puertas en Miguel Ángel de Quevedo, que tan bien nos quedaba, y ha cambiado su sede a la colonia Del Valle. Su nueva ubicación será en Gabriel Mancera, casi esquina con Xola, alejadita de nuestros rumbos (ni modo). Su número telefónico seguirá siendo el mismo: 5658.7790. Según me informaron los dueños, empezarán a operar normalmente en sus flamantes instalaciones a principios de julio.
Algunos habitantes y amigos de Dulce Olivia 73, aficionados a Mukyu, saben lo que perdemos los coyoacanenses: una joven microempresa familiar que ofrece suculentos platillos japoneses y un cálido servicio, a precios razonables. Aunque parezca increíble, la actual crisis económica no fue la principal razón del cambio, sino la deficiente calidad de los servicios públicos requeridos para mantener en pie un modesto restaurante: problemas en el suministro de agua, bajas de voltaje y cortes de electricidad, dificultades para obtener la licencia para vender alcohol (necesaria para el infaltable sake), el manejo de la basura. Es una pena que Mukyu se nos vaya lejos por estos motivos. Esperamos que encuentren un mejor entorno en su nueva casa y se acrediten pronto entre los potenciales clientes de la zona.
Eso sí, cuando Mukyu esté funcionando otra vez, invitaré a los interesados a armar un contingente ex profeso para visitar la sede de Gabriel Mancera y degustar unos rollitos de pepino, una ensalada rei shabu, un tori amazuan (en todos los casos, pido disculpas por la dudosa ortografía) y un helado de té verde (batido o no, según el gusto).
Bárbara C.
3 comentarios:
Encuentro en la entrada publicada por Bárbara C muchas delicadezas y exigente crónica. Ella consigue maravillarnos con los sabores sutiles de la gastronomía japonesa y los nada escasos sinsabores de la pobre calidad de los servicios públicos. Bienvenida esa elegante pluma!
no dudo de la calidad del alimento, pero sepan que los propietarios de dicho restaurante se van de sus locales debiendo meses de renta, agua, y a eso se dedican a estafar y no cumplen con sus deberes utilizan siempre el pretexto de la falta de suministro de agua y luz para sacarle dinero a vecinos y a quien les arrenda el local. q lastima que a nuestro pais venga gente de otro lado no a trabajar y el nogocio "familiar" sea un difraz para aprovecharse de las personas y sacar ventaja.y lo que es peor nosotros fomentamos este tipo de conductas abriendole las puertas confiando en ellos y consumiendo sus productos y servicios.
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CARAS VEMOS....PERVERSIONES NO SABEMOS. MARTHA
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