2 de diciembre de 2010

Adrián Fernández, pieza clave en COP 16

Fundación Este País entrevista a Adrián Fernández, presidente del Instituto Nacional de Ecología, en el marco de COP16


FEP: ¿Cuáles son los temas clave para México en el marco de las negociaciones de la COP16?

AF: Un primer tema es la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (REDD), donde hay un gran potencial de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Otro tema es el Fondo Verde, que a partir del 2012 podría canalizar 100 mil millones de dólares anuales, hacia el 2020, para la mitigación y adaptación en países en desarrollo.

En mitigación, los países en desarrollo deben manifestar si reiteran sus metas de reducción de emisiones para el 2020, plasmadas en el Acuerdo de Copenhague, y cuyo cumplimiento depende de que exista financiamiento para crear capacidades y acceder a tecnologías limpias.

También urge avanzar en la implementación efectiva de la agenda de adaptación a los efectos del cambio climático.


FEP: ¿Qué resultados espera alcanzar México en esos temas clave?

AF: México ha planteado objetivos realistas para las negociaciones. Un resultado “ideal” sería lograr “un paquete balanceado” de decisiones en todos o la mayoría de estos temas: (1) aumentar recursos para la adaptación; (2) aprobar criterios generales en deforestación evitada o REDD+; (3) ratificar las metas del Acuerdo de Copenhague; (4) definir esquemas de transparencia, monitoreo, reporte y verificación de metas y medidas de mitigación, y de apoyos financieros; (5) crear un fondo verde; (6) demostrar, con claridad, que se avanza en la aplicación de los recursos nuevos del financiamiento de arranque rápido 2010-2012; (7) establecer un mecanismo para el desarrollo y diseminación de tecnologías, incluyendo una red de centros regionales; y (8) aceptar que a partir de 2010 habrá un segundo período de compromisos dentro del Protocolo de Kioto, o bien, posponer la discusión de este tema para 2011 para evitar que se obstaculicen avances en otras áreas.


FEP: ¿Cuáles son los principales avances de México en materia de cambio climático que presentará en COP16?

AF: México es el único país en desarrollo que ha entregado a la Convención Marco de las Naciones Unidas cuatro Comunicaciones Nacionales, que son reportes que deben elaborar los países firmantes de la Convención. México también ha actualizado el Inventario Nacional de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero y tiene un Programa Especial de Cambio Climático, con metas concretas de reducción de emisiones. En la agenda doméstica, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, por conducto del Instituto Nacional de Ecología, apoya técnica y financieramente a las entidades federativas para preparar sus Planes Estatales de Acción Climática.


FEP: Independientemente de los resultados de COP16, ¿cómo afectan las negociaciones los objetivos de México en materia ambiental?

AF: Ser sede de la COP16 nos da la oportunidad de avanzar en la agenda doméstica, y creo que estamos aprovechando el reflector para crear mayor conciencia en la sociedad y en los tomadores de decisiones. Ahora habrá que pasar a los cambios estructurales. Si uno de los acuerdos que se logre en Cancún es refrendar los compromisos que los países plantearon en el Acuerdo de Copenhague, esto significaría ejercer una presión internacional permanente para que la administración federal actual y las futuras hagan mayores esfuerzos por materializar los cambios legales e institucionales que necesitamos.


FEP: Al ser anfitrión de la COP16, ¿México es responsable de sus resultados?

AF: En la negociación somos tan responsables como las otras 193 partes, porque está en juego el futuro de todos. Como anfitriones, sí somos responsables, en mayor grado que los demás, de crear las condiciones para una negociación fructífera y la construcción de consensos. Esta tarea la ha conducido la Secretaría de Relaciones Exteriores durante 2010, convocando numerosas reuniones para discutir todos los temas relevantes con todos los actores involucrados, entendiendo que estos procesos, a veces informales, son complementarios y útiles para el proceso formal de negociación, que ocurre en las Naciones Unidas.


Con apoyo de Roberto C, Lucia C, Carla C, Vania M y Eduado B

21 de octubre de 2010

El sublime afán de procrastinar

“Le dicen usurpador del tiempo, pero otros creen, justificándose, que es lo contrario: un aliado de la productividad. Se trata de procrastinar.” Las dos frases anteriores las escribí hace como un mes y desde entonces decidí (inconscientemente) que era mejor poner en práctica el tema de este texto, que escribirlo. Procrastiné.

En efecto, cuando se trata de procrastinar esta nota es ejemplo de lo que eso significa: luego de 5 horas de investigación y lecturas; 3 horas pensando cómo hacerla más perfecta sin escribirla; 1 hora de discusión con colegas que me insistían en escribir esta nota desde hace semanas y con quien aproveché esos momentos para platicar sobre muchas otras cosas, incluyendo lo importante que sería escribir en este blog sobre el tema; luego de 40 minutos de escritura, 30 de edición y 15 de postproducción, y en general, 1 mes de procrastinación, aquí está, una brevísimas líneas (más o menos) sólo para hacerle un digno reconocimiento a esta loable práctica de posponer para después lo que se puede hacer ahora… haciendo muchas otras cosas que quizá nunca hubiera hecho.

Durante un mes he tenido un diálogo muy intenso para hacer esta entrada en el blog: “¿con qué frase empiezo que sea genial?”, “hay que investigar un poquito al menos”, “¡Uy! Ya me ganaron la entrada en el blog, ahora tengo que esperar unos días para no robarle el foro”, “¿cómo empiezo?”, “tengo cosas mucho más importantes qué hacer, en unos días lo hago”, “pero, ¿hacer esta entrada no es procrastinar respecto de otras cosas más relevantes?”, “mmm, ¿estoy procrastinando con otras cosas para evitar hacer esta entrada en el blog o hacer la entrada en el blog supone procrastinar respecto de otras actividades? Cuando tenga una respuesta, escribo sobre eso en el blog” “wow, este artículo sobre procrastinar en The New Yorker está buenísimo, lo tengo que leer y luego hago la entrada en el blog”, “es de Conocimiento útil, ¿no?, alguna cosa de utilidad tengo que ponerle”, “¡Me lleva! Dejé el avance del blog en la oficina (o en la casa y así sucesivamente)”, “acabo el Indicador y escribo el post”. Y así pasaron más o menos 4 o 5 semanas desde que surgió la idea inicial de escribir sobre el sublime afán de procrastinar.

Hay en general dos posiciones sobre esto de procrastinar. Están los que creen que es una pérdida de tiempo, una irresponsabilidad y una confirmación de la continuidad del letargo y puerilidad adolescente en la vida adulta. Y otros que creen que es un motor de la productividad: ¡Hago tantas otras cosas cuando no quiero hacer eso por lo que procrastino! Por tal de no hacer lo que debo hacer, me esmero en terminar o iniciar muchas otras actividades. La procrastinación puede ser estructurada, un síntoma inevitable de los perfeccionistas.

Luego de algunas de las lecturas hechas y de mis reflexiones, aproximo dos hipótesis sobre la procrastinación, que sumo a las posiciones y múltiples discusiones que ya existen sobre el tema:

  1. Los niños nunca, o casi nunca, procrastinan. Se trata más bien de un fenómeno que inicia, en forma, en la adolescencia y continua, con persistencia y ahínco, durante la edad adulta. Los niños no procastinan porque casi todo es juego para ellos y jamás se procrastina para jugar. Los adultos somos los héroes de la procrastinación.
  2. Los que hacen multitasking, o son, digamos, profesionales de las multitareas, son los más proclives a procrastinar. Y la razón es simple: hacer muchas cosas de forma simultánea es no hacer ninguna realmente, es una forma, muy peculiar, de posponer bajo la ingenua ilusión de que se esta avanzando. Y al mismo tiempo, quienes han desarrollado el multitasking están más alertas de todas las cosas que podrían estar haciendo en lugar de terminar lo que deberían concluir.

Bueno, creo que he dado ya material para que otros procrastinen ahora. Lean los textos que están en los hipervínculos de esta entrada y reflexionen, en compañía de sus colegas procrastinadotes sobre las profundas reflexiones que he aportado. Enhorabuena. Me detengo, antes de extenderme más y procrastinar respecto de otras tareas que apremian.

Procrastinatócratas del mundo, ¡Uníos!

Roberto C.

16 de octubre de 2010

Tercera llamada… ¡comenzamos!

Dos de los momentos más memorables de mi infancia están asociados con el teatro. Uno de ellos fue apreciar el vuelo de Peter Pan en la obra de teatro del mismo nombre. Sin merma de mi asombro, la emoción se repitió las tres veces que acudí a tal acontecimiento. El segundo momento lo recuerdo así: actúo en una obra preparada para el festival escolar de fin de cursos, con mi metro y centímetros de estatura y con un gran sombrero negro, representando, con regocijo, al malvado señor Platini, del cuento “La sombrera”, de la argentina María Elena Walsh.

Hace un par de semanas recordé estas sensaciones, cuando Antonio Crestani, actor, director y guionista, fue nuestro invitado especial en los Viernes de Conocimiento Útil, para hablar del teatro en México. A su faceta meramente artística, Crestani suma su experiencia como administrador de espacios culturales, formando un perfil singular de la escena nacional.

Tras subir el telón, Antonio, espléndido, nos embelesó con la lectura del monólogo de Segismundo que concluye el segundo acto de “La vida es sueño”, de Pedro Calderón de la Barca, la gran obra de la dramaturgia en español.













Ya enganchados en la puesta en escena, compartió con nosotros selectas reflexiones de reconocidos personajes del teatro (mexicano y mundial) sobre esta expresión artística, su naturaleza, sus enigmas, su magnetismo. Una de mis favoritas fue la de Luis de Tavira, director de escena mexicano: “El teatro nos recuerda que estamos vivos y que la vida puede ser intensa. La misión del actor es recordarle al espectador la hora de su muerte, es decir, es el arte que pulsa la existencia. Existir es saber que estamos en el tiempo y eso quiere decir que estamos en la finitud, que la vida dura un soplo, que hemos llegado aquí para vivirla con intensidad y toda voluntad de vivir perturba la serena beatitud de la nada.”

En el segundo acto, Antonio enlistó velozmente más de 100 recintos que presentan obras de teatro en la Ciudad de México, en una elegante forma de invitarnos a visitarlos, a vivir el riesgo de esa experiencia tan intensamente individual como esencialmente colectiva que es el teatro (José Luis Ibáñez dixit). Nos platicó también sobre la necesaria vocación que debe de tener cada recinto, para que los espectadores sepamos qué podemos encontrar en cada uno de ellos y disfrutar de la diversidad implícita: teatro experimental, clásico, musical, contemporáneo, para niños.

En el epílogo, los participantes de la sesión compartimos nuestras impresiones y planteamos algunas preguntas a Antonio Crestani: sobre el teatro para niños, la salud del teatro, la relación de éste con las celebridades de cine y televisión, la actividad teatral en los estados de la República, sus anécdotas e historias significativas. Las respuestas de nuestro invitado, con enfoque siempre claro, coronaron una tarde redonda.

Gracias a la generosidad de Eduardo B., desde ese mismo día tengo un flamante ejemplar de “La vida es sueño”. Y muy pronto regresaré a las butacas para recrear las vívidas sensaciones y cavilaciones que el teatro me ha causado, en distintas medidas, desde niña.

(Salen todos y cae el telón).

Bárbara C.

1 de octubre de 2010

Procrastinando

Los seguidores de "Conocimiento útil" continuamos esperando un artículo sobre la procrastinación, arte mayor que algunos cultivamos con maestría. Sabíamos que por razones obvias tardaría en publicarse, pero nos parece que ya es tiempo de que salga a la luz, así sea por partes. Seguramente podremos dejar para después su conclusión. Ánimo, procrastinadores del mundo, aquí aguardaremos ansiosos.

30 de agosto de 2010

Una visión honesta y viable de futuro

El día de ayer, el edil del municipio de Hidalgo, Tamaulipas fue asesinado. Su muerte se agrega a los actos violentos ocurridos en días pasados en Reynosa y a la masacre de San Fernando, también en Tamaulipas.

Su muerte se suma a la lista de funcionarios municipales agredidos en otros estados de la república, que hace apenas unas semanas incluyó el secuestro y ejecución del alcalde de Santiago, en Nuevo León.

Ante la oleada de violencia asociada con el narcotráfico, la reacción del Ejecutivo Federal, en voz del propio presidente, ha sido admitir que reducir la criminalidad, minimizando la violencia, es poco probable en el corto plazo.

En la ecuación presidencial, fortalecer al Estado pasa por tener mejores cuerpos policiacos e instituciones de procuración de justicia, pasa por una nueva ley de seguridad nacional y por consolidar la reforma penal. Pero el ejecutivo parece dejar de lado que al Estado lo componen territorio, gobierno y población.

Y ésta última, nuestra población, resiente cada vez más la violencia en el ánimo cotidiano. En días pasados, una encuestadora informó, que de poder hacerlo, uno de cada cinco mexicanos encuestados dejaría el país. Y durante el fin de semana, la red social Facebook, una red que en México rebasa los 8.5 millones de usuarios, se empezó a teñir de luto por los migrantes asesinados.

La ciudadanía no está en condiciones de aceptar una guerra violenta a cambio de nada. La de hoy es una ciudadanía que necesita menos del pasado glorioso y milenario de México y más de una oferta honesta y viable de futuro. A escasos días del bicentenario de la independencia los mexicanos quieren saber hacia dónde vamos y qué está dispuesto a poner el gobierno para conseguirlo.

Eduardo B.

*Originalmente transmitido en Informativo 40 de la noche en Proyecto 40.
La fotografía muestra la fachada de la Iglesia de Villa de Santiago Nuevo León (febrero 2010).

24 de agosto de 2010

¿Nos reconocemos?



A ver, jóvenes, hoy me topé con esto. Conforme avanzaba el video me fui transporando más y más cerca de DO73, ca. 2001-2004, que es el marco temporal que me tocó por allá.

Quizá algunos estén de acuerdo con la premisa de esta animación: los profesionales íntegros y motivados funcionan con autonomía, alto grado de maestría y claro sentido de propósito. Todo esto bajo el supuesto de que el interés económico ha dejado de ser una variable sobre la mesa.

Mi intención con esta micro entrada es subrayar lo extraordinario que fue - que es - el mundo de DO73, de Transparencia y Fundación. Porque incluso si la variable económica no se ha resuelto del todo para todos, esa casa está colmada de oportunidades de autonomía, demanda altísimos niveles de maestría y también está empapada de sentido de propósito.

Dure lo que dure lo que construyeron varias generaciones de jóvenes comprometidos e idealistas, desde mi nostalgia de media noche, celebro reconocernos. Enhorabuena socios.

Iris M.

16 de agosto de 2010

Estado laico, nos protege a todos

En nuestro sistema jurídico, la Suprema Corte cumple con el papel de establecer si una nueva ley vulnera o confirma los derechos y garantías previstas en nuestra Constitución. Como tal, la corte verifica que lo aprobado, por ejemplo, por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, no vaya en contra de lo que describe como derechos y obligaciones nuestra carta magna. En el caso de los matrimonios entre personas del mismo sexo, la corte no ha hecho sino decidir si lo descrito por la ley capitalina está dentro de lo que ya protege nuestra constitución o si afecta algún derecho de los mexicanos.

Tras revisar lo que la Constitución establece, la Suprema Corte definió que lo planteado por la ley aprobada en el Distrito Federal no va en contra de lo establecido por nuestra constitución y por tanto que tiene plena vigencia en todo el territorio nacional. El matrimonio entre personas del mismo sexo seguirá siendo un asunto polémico, propio de muchas sobremesas e interpretaciones, pero en términos jurídicos no vulnera derecho u obligación alguna, y por tanto no es anticonstitucional.

Lo que ha hecho la Suprema Corte es establecer lo que cualquier Estado laico garantiza: que mientras una ley no lastime los derechos de otros, y no vaya en contra de lo que dicta la Constitución, esa ley está protegiendo los derechos de todos los mexicanos. El Estado laico protege el derecho de cada uno de nosotros a elegir nuestras creencias, valores morales o religión, en un marco respetuoso de nuestras libertades comunes.

Es por eso que nuestra ley protege a quienes fuimos educados como católicos o a quienes profesan una religión distinta a la nuestra. Sólo en un Estado laico, los cardenales pueden expresar libremente sus ideas tanto como los representantes de cualquier partido político.

En México, el derecho de una familia a educar en valores católicos está protegido por el Estado laico; pero también, como lo ha establecido hoy la Suprema Corte, el derecho de un matrimonio entre personas del mismo sexo, a contar con toda la protección legal del Estado mexicano.

Eduardo B.

4 de agosto de 2010

Turismo y futuro















A mediados del mes de julio, una ola importante de nombramientos llenó los titulares de los medios informativos.

Un par de semanas después, el viernes 30 de julio, se sumaron a estos cambios, dos nuevas designaciones. La secretaría de Turismo tiene desde el viernes, nuevo subsecretario de innovación y calidad, Héctor de la Cruz, y se nombró también una nueva directora para el Fondo Nacional de Fomento al Turismo, Fonatur.

Aunque menos sonoros que los de mediados de julio, éstos nombramientos son claves para entender el modelo de desarrollo nacional para los próximos años. Mucho se ha hablado del turismo como parte central de nuestra estrategia de desarrollo. Sin ir más lejos, Fonatur ha invertido desde su creación más de 2,200 millones de dólares en proyectos como Cancún o Ixtapa, y de acuerdo con estimaciones oficiales, estos recursos han atraído inversiones por mas de 15 mil millones de dólares.

Nadie duda hoy de que el turismo sea parte central de nuestra estrategia económica. Lo preocupante, y sin duda el mayor reto para el equipo de la secretaría de Turismo y en especial para Fonatur, es hacer que las inversiones en materia turística no sólo construyan hoteles extraordinarios, sino que el conjunto sea de utilidad social probada. En este momento, y tras la crisis inmobiliaria en Estados Unidos o la catástrofe política del turismo en España, no basta con anunciar inversiones cuantiosas. Es central, casi indispensable, referirse al impacto social y ambiental de las mismas.

Porque detrás de cada historia exitosa de nuestro gobierno en estos temas, hay también un enjambre de preocupaciones sobre la forma en que se construyeron lo que ahora se llama Centros Integralmente Planeados. Cancún hoy tiene que traer arena de sus vecinos, la segunda fase de Loreto está abandonada, la rentabilidad económica de algunos destinos ya no está garantizada y todo ello sin sumar a la ecuación la calidad de vida de las poblaciones cercanas a estos desarrollos.

Los nuevos integrantes del equipo del presidente deberán ayudarle a cumplir su promesa de generación de empleo y su compromiso con reducir el impacto ambiental y social de nuestro modelo de desarrollo. Los retos están perfectamente identificados: Marismas Nacionales en Sinaloa, Cabo Pulmo en Baja California Sur, la tirante relación entre Cancún y Cozumel, y una señal de intolerancia a la larga lista de elefantes blancos que llenaron de especulación inmobiliaria muchas tierras y de poco empleo y desarrollo a sus comunidades.

Eduardo B.
(Transmitido originalmente en vivo durante el espacio de opinión de Informativo 40 del 2 de agosto de 2010, en Proyecto 40)

15 de julio de 2010

Ser gringa


¿Qué significa ser gringa? ¿Soy una gringa? Escucho la palabra todo el tiempo. Cuando voy al mercado, cuando salgo en la noche y hasta cuando estoy en la oficina. La he escuchado de bocas formales y también desde bocas muy informales. Cuando estoy con desconocidos y se refieren a mí como una gringa, mis amigos o compañeros de trabajo siempre me aseguran, de manera muy apurada y preocupada, que yo no soy una gringa porque soy canadiense. Pero pienso que sólo me lo dicen para no ofenderme, porque, según yo, sí soy gringa. Y la verdad es que no me molesta tanto porque no estoy convencida que la definición de gringa sea algo malo o, si es, creo que yo merezco el calificativo.

Según Wikipedia, gringo “es un término usado en español y portugués, con diversos significados, generalmente aplicado a extranjeros que hablan en un idioma que no se entiende por personas que hablan español. El término se ha referido según las épocas y regiones a ingleses, germanos, normandos, eslavos, escandinavos, italianos, franceses y especialmente, a los estadounidenses y canadienses.” Wikipedia también habla de sus orígenes mexicanos: en la Batalla del Álamo en 1836 cuando los americanos llevaban puestos uniformes verdes, los mexicanos gritaban GREENS GO o GREEN COATS para que se fueran. Sin duda, los antecedentes de la palabra son desagradables, dado que nació durante una guerra, pero ahora parece ser usada más para describir una realidad que para ofender. Si tuviera que definir la palabra, diría que “gringo(a)” es cualquier cosa que parece americana. Podría aplicarse a personas, empresas, actividades, alimentos, estilos de vida y hasta a pensamientos “gringos”.


Lo que ha convertido a la palabra “gringo” tan neutral, en mi opinión, es la relación de amor y odio entre México y los Estados Unidos. No culpo a los mexicanos por tener una relación esquizofrénica con los americanos, los canadienses son iguales (siempre se burlan de los Estados Unidos al tiempo que los admiran). Además, si preguntas a un canadiense ¿qué significa el ser canadiense?, te responderá orgullosa y estúpidamente: “pues, no sé, ¡pero no somos americanos!” A huevo, ¿eh? Y así es. No sabemos quiénes somos, sólo sabemos que no somos americanos. Sí, Canadá es un país con gobierno y cultura únicos, pero no es tan diferente a los EE.UU. Tiene una mejor reputación internacional que la de los EE.UU., pero también ha hecho cosas feas y está involucrado en algunos de los mismos actos injustos y horribles, igual que nuestro vecino mutuo. Es sólo que Canadá es un país más pequeño y esto permite que nuestras acciones, aunque similares a las de los EE.UU., puedan ocultarse. Es por esto que cuando alguien me llama “gringa” no tengo una gran reacción enojada. Sólo pienso, bueno, este güey está haciendo una observación: soy güera y parezco americana.

Si consideramos que estoy equivocada y que la palabra sigue siendo algo ofensiva, reconozco que probablemente me sea aplicable. Aunque me considero una persona con valores de respeto e igualdad, quizá inconscientemente tengo los mismos prejuicios que aquellos que ocasionaron el nacimiento de la palabra gringo. Espero no tenerlos, pero si los tuviera, estoy dispuesta a desterrarlos, mientras conozco y exploro más México. Entre tanto, si de vez en cuando alguien me llama “gringa”, creo que puedo soportarlo.

Kate M.

2 de julio de 2010

Comunicación y castigo


Alguien muy querido una vez comparó la generación de conocimiento con una “matrioska”. Una tesis puede ser retomada, analizada, refutada y como resultado se genera nuevo conocimiento. Esa nueva tesis, puede ser objeto del mismo proceso y generar nuevas tesis. En el caso de la divulgación de conocimiento o información, creo que a veces sucede lo contrario: una investigación amplia y tal vez compleja, puede ser resumida para algunos foros y audiencias y a la vez este resumen puede ser sintetizado para otros espacios, con el riesgo de que en el camino se pierdan piezas clave de información.

Todo este preámbulo es para compartir con ustedes un hallazgo sobre el tema de acciones colectivas. En mis andares twitteros, hoy interrumpidos, di con un pequeño artículo de Ronald Bailey: The Talking Cure for the Tragedy of the Commons, que aborda una reciente investigación de Elinor Ostrom: Lab Experiments for the Study of Social- Ecological Systems.

En su artículo, Bailey describe los experimentos realizados por Ostrom en los que confirma la importancia de la comunicación en la organización de los individuos para la explotación eficiente de bienes comunes. Si una comunidad establece únicamente mecanismos de castigo para el control para la explotación de bienes públicos, los resultados no son tan buenos como si los individuos se comunicaran para coordinarse para la explotación de bienes comunes.

Espero que esta microsíntesis, de un excelente artículo de Bailey, sobre una interesante investigación de Ostrom, cumpla su objetivo de interesarlos.

MdelC

22 de junio de 2010

Las otras regiones del IEC

El Índice de Economía del Conocimiento (IEC) es una herramienta útil para conocer que tan preparadas están las entidades federativas frente a una economía que hace uso intensivo de la información y del conocimiento individual y colectivo. En la publicación de 2008, México ante el reto de la economía del conocimiento, de la Fundación Este País, se presentan los resultados del IEC por entidad federativa, un valor de 1 representa el valor más alto por alcanzar y una valor de 0 es el menos deseable. La construcción del IEC aglomera veinte indicadores distribuidos en cinco dimensiones: 1) desempeño económico, 2) marco institucional y orientación al exterior, 3) sistema de innovación dinámico, 4) educación y recursos humanos calificados y 5) infraestructura de tecnologías de la información y comunicaciones.

En dicha publicación se agrupan los valores del IEC de las entidades federativas por regiones, siguiendo una regionalización bastante conocida y que suele utilizarse en enfoques territoriales, como el Territorial Reviews de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

La regionalización del IEC bajo este criterio, muestra dentro de otras cosas, las diferencias entre el desarrollo del norte y sur del país. Sin embargo, el criterio de esta regionalización, en mayor medida, esta basado en el vínculo geográfico de una entidad con sus vecinos que sobrepasa los límites político administrativos. Otra de forma de agrupar a las entidades federativas con base en el valor del IEC es por medio de una técnica de homogenización inherente, que en esencia, agrupa a las entidades por medio de conjuntos inherentes a los datos creando categorías a través de la identificación de los saltos de valor críticos en la secuencia de valores, en este caso, del IEC. Como se muestra en el mapa, se crean cinco categorías con valores del IEC: 1) de 4.608 a 5.743: donde solo se ubica al Distrito Federal, entidad con el mayor valor alcanzado; 2) de 3.859 a 4.608: agrupando a diez estados; 3) de 3.394 a 3.859: ubicando a seis estados; 4) de 2.853 a 3.394: con diez estados y 5) de 2.292 a 2.853: conteniendo a cinco estados.

Lo que salta a la vista de la agrupación por homogeneidad inherente es que toma como criterio los saltos de valor del IEC. Por esta razón solo existe una categoría para el DF, ninguna otra entidad alcanza 5 puntos en el IEC y hay homogeneidad en las otras categorías: dos con diez estados, una de seis, y otra de cinco. Podemos decir que esta regionalización responde a la homogeneidad de valores alcanzados en el IEC, es decir, los estados están agrupados de acuerdo a la similitud del grado de atributos característicos de la economía del conocimiento que poseen, lo que da pie a potenciales análisis regionales del IEC. Otra posible agrupación, que será motivo de otro post, es tomar en cuenta el valor de las cinco dimensiones que conforman el IEC.

Estas regiones del IEC pueden ser monitoreadas en el tiempo, con los datos de la ediciones 2005 y 2007, y, la actualización del IEC con base a la última información disponible.

Erick RS

9 de junio de 2010

Aniversario

El 5 de junio pasado se cumplió un año de la tragedia de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora. Para recordar a los niños y familias afectadas, pero sobretodo para exigir justicia, se organizaron diferentes acciones tanto en Sonora como en otras entidades del país. Una intensa movilización ciudadana tuvo lugar en redes sociales como Facebook y Twitter. El clamor por la justicia duró prácticamente todo el fin de semana, y es previsible que el debate público siga todavía vivo por muchos meses.
Una tragedia de esta magnitud requiere un esfuerzo ejemplar por explicar lo ocurrido y por identificar y sancionar a los responsables… requiere entender que la memoria colectiva de una nación va mucho más allá de lo jurídicamente aceptable, y que ingresa sin restricciones en el terreno de lo simbólico.
La justicia en el caso Hermosillo tendrá que ir mucho más allá de las compensaciones económicas a los deudos. Lo que irrita a la nación no se limita a la responsabilidad directa e inmediata de personas e instituciones. Lo que nos lastima es el retrato de una nación con autoridades que no observan porque no quieren ver, y con una ciudadanía que indiferente deja de lado los problemas de otros.
Esa parte de la nación que nos irrita y lastima seguirá viva mientras los gobiernos sean la única fuente de transformación social. Es momento de fomentar la creatividad social en todo el país, y de visibilizar los esfuerzos de ciudadanos y organizaciones que exigen, que proponen, que buscan la calidad de las escuelas, que conservan parques nacionales, o verifican que las gasolineras nos entreguen litros de a litro. Ciudadanos todos ellos que nos recuerdan todos los días que México ya no quiere ser sólo un lugar de tragedias como la que hace un año, vivió la ciudad de Hermosillo.
Eduardo B.

26 de mayo de 2010

Al mejor postor

La corrupción de cuerpos ministeriales, policiacos y judiciales es el principal obstáculo al establecimiento de un sistema efectivo deprocuración de justicia. En ello coincidieron esta mañana tanto los representantes de organismos sociales como el propio presidente de la República. La sentencia del presidente todavía fue más lejos: si no resolvemos el problema de corrupción en nuestras instituciones, seguirá ocurriendo lo que en muchos casos ocurre: que la justicia quede al mejor postor.

El tema de la corrupción en las instituciones encargadas de la seguridad ciudadana no es nuevo en la agenda. Por años, la opinión pública ha insistido en el grado de penetración de las organizaciones criminales y del narcotráfico, y también en la necesidad de profesionalizar y reformar a los cuerpos policiacos y a las administraciones judiciales. Por ello se creó la Policía Federal y por ello también se reformó el Poder Judicial en los años noventa. Fue también la razón para crear la Secretaría de la Función Pública o la Auditoría Superior de la Federación, que depende del Congreso. Los vicios de la tradición judicial mexicana abrieron la puerta a los juicios orales, y hoy varias entidades de la federación han puesto en marcha reformas en esta materia.

Reconocer un problema, sin embargo, es muy diferente a poder corregirlo. Por años se ha pensado que la corrupción de un sistema se resuelve a través de medidas extraordinarias: los llamados “peces gordos”, la aprobación de una ley de acceso a la información pública, la modernización administrativa, la tala regulatoria, las pruebas de confianza, todas ellas acciones importantes, pero que muestran poca coherencia entre sí y dificultades de implementación muy diversas.

Más que un zar o una comisión anticorrupción, más que poderes o medidas extraordinarias, el país necesita una política de Estado en la materia, una política que facilite la coordinación entre entidades y también entre poderes; una política anticorrupción que ponga énfasis en corregir los lugares donde crece y más daña a los mexicanos: en la salud, en educación, en seguridad, en servicios públicos. Ha llegado el momento de enfrentar a la corrupción como una voraz epidemia, y dejar de pensar que es un atributo de los mexicanos.

Eduardo B.

12 de mayo de 2010

Información con sentido

Nunca pensé en mí como alguien apasionado por los números, mucho menos por la estadística. Aún ahora siento que mi verdadero ser es más sociológico o antropológico que economista (etiquetas que sólo sugieren que me gusta más irme de trabajo de campo a una comunidad remota, que pasar noches completas manipulando números). El caso es que el interés en lo cuantitativo ha sido eso, un interés, un pasión digna, honorable, pero menor. Lo que no es menor es mi fascinación (pasión, ahí sí) por la confluencia de mundos, en particular, la convergencia de lo numérico o estadístico con lo gráfico y con la aplicación práctica de ambos para crear herramientas que ayuden a entender el mundo y a entendernos a nosotros, lo que sentimos, hacemos, pensamos.

Precisamente a esto me remiten dos sitios que descubrí hace poco:

1. Pacientes como uno. Patientslikeme.com es un portal creado por los hermanos Haywood para facilitar y apoyar a los pacientes y cuidadores de quienes padecen esclerosis lateral amiotrófica (ELA), esa terrible enfermedad neurodegenerativa, aún sin cura, que tarde o temprano conduce a la muerte, que padeció y por la que murió uno de los dos hermanos impulsores del portal. El sitio agrega una enorme cantidad de información sobre el historial de los pacientes de ELA registrados en el portal. Los pacientes son principalmente de EU y hay registrados sólo seis mexicanos, infinitamente menos de los que en realidad padecen esta enfermedad en el país (no hay cifras fidedignas al respecto, pero podrían llegar hasta los 4 mil enfermos). Miles de pacientes se registran en patientslikeme.com para dar a conocer cómo ha evolucionado la enfermedad en cada uno de ellos, qué síntomas han tenido, qué medicamentos han funcionado y en qué etapa de la enfermedad, cuánto tiempo llevan padeciéndola y cómo enfrentar problemas desde la depresión hasta la incapacidad para comer o respirar. Con toda esta información se generan, entre otras cosas, gráficas que permiten ver y comparar distintos casos y los pacientes y sus cuidadores se pueden contactar si así lo desean.

El portal lo pueden visitar aquí y si desean entrar para explorar la página se pueden registrar directamente (como miembros de la comunidad) o con gusto les doy mis datos de ingreso para explorarla (robertocastell@gmail.com).

Para que aprecien mejor el potencial de patientslikeme.com, además de visitar la página, sugiero que le echen un vistazo a la siguiente charla, de Jamie Haywodd:

2. ¿Cómo te sientes hoy? Uno de mis temas favoritos es el de la felicidad (qué es, qué creemos que es, cómo la buscamos y en qué medida se puede usar como criterio para mejores políticas y un mejor gobierno). Este otro portal, wefeelfine.org habla de la felicidad pero también de muchos, muchos más sentimientos que circulan en la blogosfera y que el portal analiza para dar cuenta de lo que algunos llaman el zeitgeist o sentir colectivo. Lo fascinante de este sitio es que, de forma similar a como lo hace patientslikeme.com y de manera automática, agrega una vasta cantidad de información que está en la red para dar cuenta del sentimiento o los sentimientos que oscilan en la blogosfera: el sistema revisa, cada 10 minutos, cientos de blogs e identifica alguna de las palabras que denotan un sentimiento (happy, sad, confused), extrae la oración completa en la que se ubica la palabra y la agrega a una (gigantesca) base de datos para darle salida después, de forma hermosamente gráfica (aunque no fácil de comprender a la primera) en seis formatos. Si quieren saber cuántas personas más se sienten como ustedes hoy vale la pensa echarle un ojo a este sito.

Un reciente artículo del New York Times afirma que la profesión más sexy del momento y de varios años por venir es la de los especialistas en estadística. Lo que importa hoy más que nunca es hacer análisis de datos: en finanzas o arqueología, no importa. Los dos sitios de los que hablé aquí me confirman que, en efecto, en un mundo en el que la producción de información sólo se ve superada por la generación de desechos, analizar y darle sentido a las cifras, datos e información es una habilidad clave. Pero como siempre, la habilidad requiere un propósito para que tenga sentido: mejorar la calidad de vida de enfermos de ELA, o simplemente tratar de averiguar cómo “nos sentimos” hoy.

Roberto Castellanos.

PS1. Mayo es el mes de la concientización (awareness raising) sobre la esclerosis laterial amiotrófica, al menos en Estados Unidos, con el fin de recaudar fondos para la investigación sobre la enfermedad, cuyas causas y remedio aún no se han identificado, y para impulsar acciones a favor de los pacientes con ELA. A quienes les interese, pueden encontrar más información en la Asociación ELA, en EU, o en Familiares y Amigos de Enfermos de la Neurona Motora A.C. y Asociación Mexicana en contra de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (Fyadenmac). Para la trivia: Mao Tse Tung y Lou Gehrig (con cuyo nombre también se le denomina, en EU, a la enfermedad) padecieron y murieron de ELA; Stephen Hawking, probablemente el físico más importante en la actualidad, tiene ELA desde hace cerca de 20 años.

PS2. Hay un portal ya clásico sobre el uso y aplicación de estadísticas con recursos de visualización muy atractivos: Gapminder.org Pero este requerirá un comentario en sí mismo en otra ocasión.

29 de abril de 2010

Primaveral

Será la edad, pero nunca había estado tan consciente de lo bien que le va la primavera a la Ciudad de México. Este año he visto más jacarandas y buganvilias en flor que de costumbre. Y frecuento las mismas rutas y calles desde hace varios ayeres.

Desde luego, ya aguardaba el efímero espectáculo anual en la coyoacanense esquina de Zaragoza y Dulce Olivia: una jacaranda y una buganvilia entrelazadas en lo alto, a toda flor, derrochando sus coloridos follajes colgantes que le alegran la jornada a aquél que tenga la sana costumbre de mirar p’arriba de vez en cuando. Pero más allá de esta ansiada maravilla, este año, la primavera se me revela en cualquier esquina chilanga… y no estoy enamorada.

Una mañana de abril, descubro que Minerva, esa calle bautizada como la diosa de la sabiduría, está flanqueada por frondosos árboles de hojas verde intenso y en el camellón se levantan impresionantes jacarandas que, iluminadas por el sol y con pedazos de cielo turquesa de fondo, lucen tan lilas como puede ser posible.

Al día siguiente, al utilizar el mismo camino, caigo en cuenta que hay tantos árboles y de copas tan abundantes, que los rayos de luz nomás no llegan a tierra firme. El contraste me recuerda a Magritte y El imperio de las luces. De principio a fin, Minerva es un camino plagado de verdor y flores, cubierto por un delicado techo de ramas, hojas, muchas hojas, y más flores.

En otras zonas, como la Nueva Santa María, la colonia Del Valle o San Pedro de los Pinos, predominan las buganvilias. Admiro la infinita gama de rosas y violetas de sus pétalos. Mientras espero el siga de un semáforo, en un camellón cualquiera, utilizando sólo mis ojos como herramienta, registro hasta seis colores diferentes de buganvilias. La sorpresa aumenta al encontrarse con ellas en número y espacio variados: unas cuantas en un pequeño jardín o en un parque descuidado, algunas traviesas encima de una modesta barda o atravesando una malla, otras más enredadas con una enorme jacaranda, o un montonal coronando la puerta de una casa de fachada blanca.

Ya entrada en disfrutar la primavera, en algunos tramos de avenidas y callejuelas, mirando con cuidado, alcanzo a distinguir, intercalados, unos tímidos colorines, con sus singulares flores rojas que sólo estarán ahí por unos cuantos días más, hasta que lleguen a manos de algún niño que terminará probando su sabor a escondidas de su mamá.

Tendré que esperar un año entero para saber si sólo soy más vieja y más observadora o estoy tan perdidamente enamorada de Chilangolandia, que, pese a todo, ya hasta bonita la veo.

Bárbara C.

PS. Para saber más sobre la ortografía de buganvilia, cuestión que desde hace tiempo me inquieta, sugiero revisar tres diccionarios: el María Moliner (quien consigna buganvilla, por lo que me es difícil coincidir con ella en esta ocasión); el de la Real Academia Española (al que me apegué, por ser de carácter normativo); y el CLAVE, que reconoce la grafía que nos parece más familiar a los hablantes americanos.

26 de abril de 2010

Guru



Fotos: Eduardo B.

Criminalizar al migrante

El viernes pasado, la Gobernadora del estado de Arizona, Jan Brewer, promulgó la ley SB1070, que criminaliza a los migrantes ilegales detectados en Arizona. Con fundamento en esta ley, a partir de noviembre las policías estatal y locales pueden establecer mediante “sospecha razonable” que una persona es un inmigrante ilegal y en caso de que no pueda entregar documentación que acredite su estancia legal, proceder a su arresto.

El Gobierno de México manifestó su preocupación por los efectos de la aprobación definitiva de esta ley, y ha insistido en los riesgos para los derechos civiles en los Estados Unidos. Nuestro país ha centrado su estrategia diplomática en impedir la criminalización del fenómeno migratorio, insistiendo en que esta vía es un atajo a la violencia racial y al odio.

La administración Obama, por su parte, ha señalado que la ausencia de una discusión a nivel federal sobre el tema, abre la puerta a iniciativas “mal encaminadas” como la que promulgó Arizona. Al criticar la iniciativa sureña, Obama hace referencia directa a la falta de consensos para una reforma migratoria en el Congreso norteamericano.

La polémica ley ha desatado un debate en la opinión pública con argumentos en todas direcciones. Hay quien sostiene que Estados Unidos está en su legítimo derecho de legislar en su territorio o que los migrantes ilegales pueden irse de los Estados Unidos si no les gusta la legislación de Arizona, pero el debate de fondo, es cómo esta ley atenta contra los derechos que la Constitución norteamericana dice proteger y que su gobierno promueve en el mundo.

Los Estados Unidos, como cualquier otro país, son fruto de un intenso flujo migratorio. Su cultura es la interesante mezcla de las culturas europea y americana, y su riqueza ha dependido de la incorporación de tradiciones tan diversas como la judaíca o la del mundo árabe. Criminalizar la migración equivale a señalar qué grupos aportan a la vida económica y cultural de una nación, y cuáles otros deben ser expulsados. Tristemente, la iniciativa traiciona los valores de la constitución norteamericana e impulsa una visión racial de la migración a los Estados Unidos. La iniciativa no busca frenar la migración ilegal, sino escoger a las naciones y grupos étnicos que sí pueden vivir en Arizona.

Eduardo B.

Foto: EB/Maqueta del planeta tierra. Museo de Historia Natural, Londres, 2009

23 de abril de 2010

La iluminación en la Ciudad de México

Después de dos semanas de receso, el 16 de abril volvimos a encender nuestros Viernes de Conocimiento Útil con la participación de Lillian Briseño, apasionada historiadora que nos llevó de viaje a la Ciudad de México en 1881, para presenciar el inicio de un proceso fascinante: la iluminación en la capital del país.

Fue en San Cosme donde, en pleno ascenso del porfiriato, se hicieron los primeros experimentos con lámparas de arco que fueron colocadas en la vía pública, ante los ojos atónitos de la población que presenció el acontecimiento. La novedad provocó reacciones múltiples, algunas de temor y llamados a la prudencia, pero, la luz eléctrica llegó para quedarse: de la calle, entró a las casas de algunos privilegiados y se utilizaba también en algunos negocios y comercios. A partir de ese momento, los cambios se sucedieron sin parar. Cambios en diversos ámbitos de la vida cotidiana que desde luego repercutieron en la manera de entender ciertos temas y en la economía, la política y la vida social en general. La energía eléctrica afectó casi todas las esferas de la vida pública y privada.

Así, nos contó Lillian, se fue gestando una cultura de la luz que derivó, por ejemplo, en la invención de la vida nocturna, el replanteamiento de la moda, la creación de nuevos oficios y trabajos, transformaciones en el diseño arquitectónico e incluso en ampliar el proceso de secularización de la sociedad mexicana, y en un sinfín de concepciones, hábitos y comportamientos asociados.

Una evidencia más: las velas y los cerillos, a la par de las industrias que los producían, pasaron a segundo término ante el advenimiento de los focos, pero nos legaron palabras, expresiones, creencias y costumbres que sobreviven hasta nuestros días, aunque otras quedaron totalmente en desuso.

Junto con la introducción del ferrocarril, la electrificación de la Ciudad de México constituyó uno de los iconos del porfiriato para representar la modernidad que se había instalado en México, pese a las marcadas desigualdades y las dificultades de la mayoría para acceder a ella.

El conocimiento sobre la variedad y profundidad de las implicaciones del arribo de la luz eléctrica a la capital mexicana, producto de una amplísima investigación que Lillian Briseño inició hace varios años, recurriendo a fuentes varias, como crónicas, fotografías y literatura de la época, se plasma en su libro “Candil de la calle, oscuridad de su casa. La iluminación en la Ciudad de México durante el porfiriato”, de fluida y emocionante lectura.

Hablando de tecnologías que transforman la vida cotidiana, en esta sesión inauguramos la presencia vía remota en los Viernes de Conocimiento Útil, con la participación de nuestra querida Iris, también apasionada historiadora, que nos acompañó desde su estudio en la vieja Albión.

Bárbara C.

30 de marzo de 2010

Feliz cumpleaños, María Moliner

El día de hoy María Moliner cumpliría 110 años, pero murió el 26 de enero de 1981, en su natal España. Antes de eso, trabajó incansablemente durante más de quince años para legarnos una obra sin parangón en nuestra lengua: su famoso, utilísimo e innovador Diccionario de Uso del Español, editado por primera vez en 1967 por la editorial Gredos.

El Diccionario cuenta con 3,000 páginas, distribuidas en dos voluminosos tomos, y fue considerado “de uso” por su creadora, pues se trata de un instrumento para guiar en el uso del español: además de indicar el significado de las palabras, explica cómo se utilizan y por cuáles otras pueden ser sustituidas. Actualmente, es una referencia indispensable para los interesados en la lengua española, muy a pesar del engolado diccionario de la Real Academia.

Como anota García Márquez en un delicioso artículo titulado La mujer que escribió un diccionario, “María Moliner -para decirlo del modo más corto- hizo una proeza con muy pocos precedentes: escribió sola, en su casa, con su propia mano, el diccionario más completo, más útil, más acucioso y más divertido de la lengua castellana”.

María Moliner compaginó durante años su trabajo de bibliotecaria y una intensa vida familiar, con la fantástica aventura que había emprendido. Según el dicho de uno de sus hijos, se levantaba con el sol y se dedicaba al diccionario durante la mañana; tras la hora de la comida, dormía una siesta y retomaba su labor hasta el atardecer. Nunca trabajó de noche.

En 1972, ya consagrada, se presentó su candidatura para ingresar a la Academia de la Lengua, la primera de una mujer, pero fue rechazada por los académicos, tan conservadores como se esperaba. Ella reviró diciendo que era lo mejor, pues su salud le impediría cumplir con su cometido con la rigurosidad debida.

Como si supiera que la memoria siempre nos traiciona, María Moliner decidió entregar su vida a hacer una duradera fotografía del español de nuestros tiempos. En 1973, “su cabeza falló” por primera vez. Era sólo el principio del Alzheimer que la aquejaría hasta su muerte. Ya nada supo de los enredados conflictos, vigentes a la fecha y que tanto me confunden, entre sus herederos y la editorial, desatados por los derechos morales y patrimoniales de su obra.

Como muestra del compromiso intelectual y de la pasión de María Moliner, cito el párrafo final de la presentación del Diccionario: “Por fin, he aquí una confesión: La autora siente la necesidad de declarar que ha trabajado honradamente; que, conscientemente, no ha descuidado nada; que, incluso en detalles nimios en los cuales, sin menoscabo aparente, se podía haber cortado por lo sano, ha dedicado a resolver la dificultad que presentaban un esfuerzo y un tiempo desproporcionados con su interés, por obediencia al imperativo irresistible de la escrupulosidad; y que, en fin, esta obra, a la que, por su ambición, dadas su novedad y su complejidad, le está negada, como a la que más, la perfección, se aproxima a ella tanto como las fuerzas de su autora lo han permitido.”

¡Salud, María Moliner, y larga vida a las palabras!

Bárbara C.

PS. Feliz cumpleaños también a ti, querido Jeremy, con el anhelo de que sigas hablando y aprendiendo español.

29 de marzo de 2010

Todos para uno









Los mexicanos tenemos una relación muy particular con las leyes. Cuando sentimos que la ley está de nuestro lado, normalmente la respetamos. Y cuando pensamos que es injusta, pues sencillamente nos olvidamos de ella. Dos de cada tres mexicanos abiertamente señala que si una ley es injusta, puede dejar de cumplirla.
Hay muchas razones que explican nuestra relación con la ley. Muchos mexicanos sienten que la ley no los unifica como ciudadanos, sino que los divide, que la ley sólo sirve a los intereses de los poderosos o de los que tienen recursos, que la justicia está hecha para unos cuantos.
Por eso resulta tan importante que el Congreso aprobara la creación de una nueva figura para el acceso a la justicia: las acciones colectivas. Si le sorprende el nombre de “acciones colectivas”, no es el único mexicano con ese problema. En México no habíamos escuchado de las acciones colectivas por la sencilla razón de que en nuestro país este tema se encontraba completamente olvidado y fuera de la agenda pública.
Las acciones colectivas son instrumentos que permiten a los ciudadanos coordinarse para defender colectivamente sus derechos. Esto significa que si, por ejemplo, el proveedor de un servicio le hace un cargo injusto, en lugar de que usted inicie por su cuenta un procedimiento jurídico, puede ponerse de acuerdo con otros que también resultaron afectados y promover juntos una sola acción colectiva, reduciendo los costos para usted y beneficiando a otros afectados.
Las acciones colectivas son la forma más sencilla para promover derechos y actuar en beneficio del mayor número de personas posible.
En medio de la frustración social por la sensación de que la legalidad está cada vez más lejos de nuestras vidas, la incorporación de las “acciones colectivas” a la Constitución se convierte en un auténtico remanso. Si miramos con cuidado, se trata de una verdadera reforma estructural, una reforma que facilitará a más mexicanos el acceso a la justicia, permitiendo que la ley se vuelva aliada de nuestras necesidades concretas y cotidianas.

Eduardo B.
Foto: EB/Monumento con tintes napoleónicos. Paris, 2009

26 de marzo de 2010

El árbol de la casa de los gatos

Desde hace 9 años paso a diario por la “casa de los gatos”. Esta casa se encuentra en la calle de Pino en Coyoacán, muy cerca de nuestra oficina. La propiedad estuvo habitada, hasta hace poco, por una mujer y casi un centenar de gatos. Mi voyeurismo me hacía asomarme con frecuencia: logré ver las antiguas fotos familiares, los gatos jugueteando, royendo el mobiliario y la soledad de la mujer. Fantaseaba sobre los diversos motivos que llevaron a esas condiciones de abandono a la mujer y a la casa. Nunca reparé en un frondoso árbol que cuida la entrada de esta propiedad.

Hace unos meses, un ejército de trabajadores de la construcción habita en la casa y trabaja en su renovación. Desconozco qué sucedió con la señora y los gatos. Pero a partir de un llamado vecinal, me enteré que el destino del frondoso árbol está en peligro, estorba los nuevos planes de la casa. Varios vecinos de la colonia Villa Coyoacán se han manifestado en contra de la tala de este árbol. Pero como pueden apreciar en esta imagen, lo más probable es que desaparezca.



Esta historia sobre el árbol de Pino, me recordó una de las tantas luchas de Daniel Gershenson, presidente de Al Consumidor, por el respeto de los árboles y áreas verdes de la ciudad. Ya que hablamos de Gershenson, ayer la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa que contempla la inclusión de la figura de las acciones colectivas en la Constitución mexicana. Él ha sido uno de sus principales impulsores. Ahora el futuro de la figura de las acciones colectivas está en manos de las legislaturas estatales, para que quede plasmada en la Constitución. Después, nos tocará seguir la elaboración de una ley secundaria que la regule. No sé si las acciones colectivas podrían haber hecho algo por el árbol de Pino, esperemos que la colaboración vecinal sí logre su objetivo por salvarlo.

M del C

9 de marzo de 2010

Civitas

Las tres principales fuerzas políticas del país han presentado sus propuestas respectivas para una reforma política. El Ejecutivo Federal presentó la suya en diciembre del año pasado y tanto PRD como PRI han presentado sus respectivas propuestas en las últimas semanas.
A decir de sus voceros, las tres propuestas de reforma política tienen coincidencias entre sí y un amplio margen de maniobra para la negociación de sus diferencias.

Tanto la iniciativa presidencial, como la del PRD y la del PRI han enfatizado que su diseño busca reducir la brecha de desconfianza entre los ciudadanos y los políticos mexicanos. Su defensa pública se basa en la idea de que sus propuestas ayudarán a construir nuevas relaciones entre ciudadanos y gobernantes.

En su contenido, sin embargo, la relación entre las propuestas y el sentir ciudadano no es tan evidente. Buena parte de las propuestas formuladas por los tres partidos políticos se concentra en facilitar la relación entre los poderes de gobierno y en dotarse de mecanismos institucionales para resolver controversias políticas, incluidas las electorales. Y aunque esto es positivo para la gobernabilidad del país, estas propuestas no parecen suficientes para reconocer al ciudadano como eje de la vida política.

Con la excepción de temas como las candidaturas independientes, la posibilidad de presentar iniciativas legislativas por parte de los ciudadanos o la revocación del mandato, las reformas propuestas hacen poco por ilustrar los beneficios directos para la ciudadanía. Tal vez al debatirlas los senadores puedan explicarnos mejor cómo es que esta reforma política cambiará la vida del ciudadano, ese personaje mítico en el que se dice, todas estas iniciativas están inspiradas.

Eduardo B.
Foto: EB / Niños desmontando estructura para voladores de Papantla, Cuetzalan, Puebla, 2010

18 de febrero de 2010

Acciones colectivas, marcos institucionales y “el carrito del éxito”


En la primera sesión de los Viernes de Conocimiento Útil del 2010, Daniel Gershenson, presidente de Al Consumidor, A.C., platicó con nosotros sobre sus vicisitudes y logros en la promoción del establecimiento en el marco legal mexicano de la figura de acciones colectivas.









El optimismo de Gershenson al hablar de las implicaciones que las acciones colectivas traerán a la sociedad mexicana, chocó con mi preconcepción sobre el tema. Después de haber leído autores como Mancur Olson que nos explican sobre la racionalidad humana, la primacía del interés individual al común y los problemas de inequidad al momento de asumir costos entre individuos al buscar un bien público; siempre me dejó una sensación de escepticismo sobre la posibilidad de que individuos, organizaciones o países puedan colaborar equitativamente en un beneficio colectivo.


Mi escepticismo inicial y visión reduccionista de la realidad, duraron unos segundos. El juego de la vida es repetitivo: a veces nos toca asumir costos y otras aprovechar el esfuerzo de los otros, o como diría la sabia de Bárbara C “subirnos al carrito del éxito”. La importancia de la cruzada de Al Consumidor, más allá de las acciones colectivas, radica en la promoción del establecimiento de marcos institucionales funcionales, que permitan regular y promover equitativamente los costos y beneficios públicos.

Hasta este momento, el Senado ya aprobó la iniciativa que contempla esta figura. Crucemos los dedos para que la Cámara de Diputados haga lo propio.

MdelC

12 de febrero de 2010

We are the champions

La única forma que encontré de celebrar en este espacio, sin traicionar su espíritu, el triunfo de mis Santos de Nueva Orleans el pasado domingo en la edición XLIV del Super Bowl fue hacer un símil con Invictus, la más reciente película del ya legendario Clint Eastwood sobre el mítico Nelson Mandela, y que no pretendo contarles aquí, sino sólo usarla de pretexto para hablar de mis queridos Santos, jiji. Aún así, espero que me sigan hasta el final.

En Invictus, vemos cómo Mandela promulgó el “One team, one country”, a propósito del Mundial de Rugby de 1995, celebrado en Sudáfrica, buscando así un elemento aglutinador para construir identidad nacional en un país que venía del apartheid y pretendía vivir en democracia, según nos cuenta el grandioso John Carlin en Factor humano, el libro en el cual se basa la citada peli. Aclaro que los adjetivos que he utilizado para los tres personajes son para ahorrar espacio, pero si quieren conocer sus obras, ya saben que Google es una herramienta inmejorable.

Bueno, pues guardadas las proporciones, a su estilo, los gringos encontraron su “One team, one America” en el sendero triunfante de los Santos que culminó con su victoria dominical. El equipo y sus integrantes han sido entusiastas impulsores de la reconstrucción de Nueva Orleans, después de que en 2005 el huracán Katrina provocó la inundación de 85% de la ciudad y desnudó la negligencia gubernamental en el manejo de la crisis, acompañada, incluso, de acusaciones de racismo en la atención del problema y la distribución de la ayuda. Las cifras revelan que la mayoría de norteamericanos deseaban que la escuadra de Nueva Orleans fuera la ganadora del Super Bowl XLIV; quizá por la culpa de haberles fallado en los momentos difíciles, quizá por las ganas de seguir creyendo que pueden, los gringos convirtieron a los Santos en el “American team”.








Para quienes les vale un cacahuate lo que unos señores con cascos y hombreras, ya tan ochenteras, hagan sobre un terreno de pasto de cien yardas de largo, les cuento que el domingo pasado presenciamos un partido inolvidable, en el que la estrategia, la táctica y la ejecución de los Santos fueron cercanas a la perfección; sí, en ese equipo que no encontraba razones para quedarse en Nueva Orleans hace 4 años, ni fanáticos interesados en él, después de la tragedia del Katrina.

La frialdad de los números del llamado Súper Domingo: Santos de Nueva Orleans, 31; Potros de Indianápolis, 17. Sólo como referencia, los Potros eran favoritos por 5 puntos en Las Vegas; ergo: con el resultado, mi corazón se hinchió de alegría, las casas de apuestas se llenaron de lana. Y en el calor del campo de juego, los Santos dieron la mejor actuación que he visto de un equipo en un juego grande. Más allá de nombres: los pateadores, los equipos especiales, la ofensiva, la defensiva, y el entrenador en jefe (dando el mejor partido que un coach puede dar), hicieron su chamba de maravilla, arropados por el público, y coronaron una temporada grande. Leer las historias personales de cada uno de los miembros de este equipazo, sus motivaciones y anécdotas ha sido un deleite.

Por cierto, lástima que Obama, el presidente número 44 de Estados Unidos, que declaró su preferencia por los Santos de Nueva Orleans, y tan afín a los medios de comunicación masivos, no se dio un tiempo para aparecerse un ratito en el Súper Tazón número 44, desde ahora el programa más visto en la historia de la televisión norteamericana, con 106.5 millones de espectadores, desbancando al episodio final de MASH, en el ya lejano 1983. Si les interesa conocer los debates sobre qué tan comparables son estos datos, sugiero este artículo del New York Times.

En fin… mi casi inexplicable afición de 23 años por los Santos de Nueva Orleans vio su feliz recompensa, por primera vez, después de una historia plagada de decepciones y derrotas. Eso sí, sé que la playera de los Santos que me regaló mi hermano hace un par de años y que porté durante los partidos de esta postemporada, sin lavarla, fue determinante en el resultado.

Desde hace ya tiempo, tratando de racionalizar mi pasión por los deportes, he procurado ver las hazañas y tragedias deportivas que me emocionan como metáforas de la vida. Afortunadamente, en el camino, he encontrado en Juan Villoro, Eduardo Galeano y John Carlin, entre otros, a magníficos representantes de esta causa, que siempre me regocijan cuando escriben de estos asuntos.

Bárbara C., Santa Campeona.