16 de diciembre de 2009

El Xinantécatl o “el hombre desnudo”: un recorrido magnífico

Las caminatas por paisajes naturales son una de mis pasiones: desde que observas a lo lejos el objetivo, sea una montaña o un volcán, comienzas a mentalizarte en llegar a la cúspide y ya en los primeros pasos sientes la naturaleza, la contemplas, paulatinamente comienzas a sudar y con esa misma gradualidad vas acercándote más y más al objetivo con esta sensación de ser un explorador.

Al venir a México y observar que hay una orografía peculiar, de inmediato se viene a la mente ascender al mayor número posible de altitudes. Una de ellas, cerca del DF, es el destacable volcán Xinantécatl, mejor conocido como el Nevado de Toluca, inactivo desde el año 1330. Xinantécatl proviene del Matlazinco (Xinantecatlelly) y del Náhuatl (Xinantécatl) que significa en ambos casos “hombre desnudo” y forma parte de la Cordillera Neovolcánica Transversal o Eje volcánico transversal. De acuerdo con el INEGI, el Nevado de Toluca, con 4,680 metros sobre el nivel del mar, es la cuarta formación volcánica más alta de México después del Pico de Orizaba (5,610 msnm), el Popocatépetl (5,500 msnm) y el Iztaccihuatl (5,146 msnm). Se ubica a 22 kilómetros al suroeste de la ciudad de Toluca, lo que toma aproximadamente dos horas de recorrido en coche desde el Distrito Federal.

El pasado domingo 15 de noviembre por la mañana, decidimos, con un amigo mexicano, subir a pie a este volcán. El recorrido empieza a partir de la caseta de cobro del Parque Los Venados (cobran 20 pesos). De aquí, se puede seguir en auto o caminar. De hecho, es el único volcán en el mundo que se puede acceder cerca del cráter en auto y toma entre 40 a 60 minutos.

Pero, lo mejor es hacer la caminata, así que dejamos el auto en la caseta. ¡Ojo!: el Parque Nacional está abierto todo el año de las 10:00 horas a las 17:00 horas. A partir de la hora de cierre, no dejan salir los autos del estacionamiento. Sin embargo, se puede reservar una habitación para pasar la noche en un albergue (sin luz ni agua) ya que hay varios en diferentes niveles del recorrido.

Después de caminar 13 km, subir 980 m de altitud (la caseta del Parque de los Venados está a unos 3,700 msnm y el cráter a unos 4,680 msnm) pasando por otra caseta (la del Parque Nacional de Nevado) y por bosques de pinos, cedros, ocotes y abetos, llegamos al cráter. Caminamos tres horas a buen paso. El gran reto de esta ruta lo constituye la distancia, no la dificultad: son 13 kmde subida constante, pero suave y progresiva sobre una terracería ancha.

En el cráter, en 1,5m de anchura, se hospedan dos lagunas: la Luna y el Sol (arriba y abajo).

Nos quedamos un tiempo para observar las lagunas con los ojos sublimados por la belleza del contraste entre el agua azul turquesa y el gris de las pendientes del volcán. Me acordé de paisajes similares de los Alpes, en Francia, pero sin ser menos sorprendida por la resplandeciente belleza de la naturaleza. Luego, decidimos bajar y acercarnos a las lagunas. Todo es tranquilidad, uno tiene la impresión de ser sordo y que el tiempo se detiene.

En el descenso, encontramos tres franceses que venían de un pueblo cerca de Lyon, mi ciudad, ¡el mundo es pequeño!. Conjuntamente descendimos en la cabina de una camioneta Pick Up de una amable familia mexicana que aceptó bajarnos a la primera caseta. ¡Tomamos el carro rumbo Valle de Bravo, cansados, pero muy contentos de nuestra expedición!

De los recorridos de montaña que hasta el momento he realizado en México, éste se los recomiendo ampliamente.

Claudine Léger.

PS. Si quieren leer una descripción más detallada de mi ascenso al Xinantécatl, pueden consultarlo aquí.

1 comentario:

M dijo...

Genial, Claudine. Gracias por tan excelente reseña. ¡Es contagiosa!