Conocimiento útil
Blog de la plataforma DO73. Creado por la Fundación Este País, este blog se comparte con amigos y organizaciones. Cada una se suma a la filosofía de que "conocimiento que se comparte, crece"
2 de agosto de 2012
"¿Y yo qué puedo hacer?"
11 de julio de 2011
Jalisco cómo vamos
Hay veedores ciudadanos de todo tipo. Entre los más conocidos y los de mayor estabilidad en el tiempo están los que se concentraron en el tema de calidad de vida. A nivel local, Bogotá se inauguró con el conocidísimo "Bogotá cómo vamos". De la experiencia bogotana, muchos ciudadanos en México han impulsado observatorios metropolitanos en León, Guadalajara, Distrito Federal o Estado de México. Hoy hay más de cincuenta ciudadades en la Red Latinoamericana por Ciudades Justas y Sutentables.
Hoy, lunes 11 de julio, se suma también, con información, o como decimos en la Fundación, con "conocimiento útil", un observatorio de calidad de vida para la zona metropolitana de Guadalajara. "Jalisco cómo vamos" es una apuesta jóven, fresca, inteligente a la medición de la calidad de vida en el occidente del país. Ha arrancado produciendo información necesaria para el debate público. Ha puesto un marco de vanguardia para el debate: obesidad, movilidad urbana, ingreso, educación, vivienda, felicidad. Una ciudadanía que ya no sólo se preocupa por quién puntea en las encuestas electorales o qué perfil debe tener el próximo candidato a gobernar la ciudad. "Jalisco cómo vamos" ha puesto el énfasis en la mirada de la gente. Y con una perspectiva ciudadana bien plantada y llena de información, está consiguiendo que en Jalisco los ciudadanos no sólo se sumen, sino que sus esfuerzos se multipliquen. Bienvenido @jaliscocomovamos
Eduardo B.
30 de junio de 2011
Gobiernos locales y cambio climático
Empresas, ciudadanos y gobiernos han llegado a un punto crucial en términos de gobernabilidad. Y empiezan a entender que sus vidas están relacionadas por algo más que los marcos jurídicos o los territorios compartidos. Estamos en presencia de un fenómeno que cruza fronteras pero que también refuerza identidades, miedos, intereses velados o abiertos.
En esa interesección perfecta entre argumentos e intereses se ubican los gobiernos locales. A las naciones les tocará aprobar políticas, discutir acuerdos globales, definir mecanismos de cooperación. Pero sin el concurso y el interés genuino de los gobiernos locales, las acciones no dejarán de ser sofisiticados instrumentos financieros o declaraciones de una fina retórica. Son los gobiernos locales --las ciudades y los municipios-- quienes traducirán los acuerdos en políticas públicas. Sin gobiernos locales, el consumo energético seguirá siendo el mismo, el manejo del agua continuará siendo deplorable y hasta opaco, y las políticas de transporte público muy distintas a la de los grandes sistemas como metrobus o los trenes eléctricos.
Hay muchas razones para fortalecer la capacidad institucional de los gobiernos locales. Y su cercanía con la población sigue siendo la mayor de ellas. Pero a nivel agregado, sumando todos los gobiernos locales del mundo, la construcción de un nuevo paradigma de desarrollo puede ser el más importante.
Eduardo B.
24 de mayo de 2011
Fortalezcamos la cohesión comunitaria
Las violencias y el rostro, historia y voz de sus víctimas se delinean como noción de futuro común y compartido donde el dolor une a las madres y a los padres de infantes, soldados, policías, estudiantes, médicos, periodistas y sicarios por igual. La Marcha Nacional del Movimiento por la Paz y la Dignidad con Justicia del 8 de mayo de 2011 (cuyo epicentro fue el Zócalo del DF pero que se reprodujo en más de 30 ciudades dentro y fuera de México) mostró la dimensión humana detrás de las 40,000 personas que han perdido la vida de forma violenta desde 2006.
Ese “catálogo de causas como causa”, como lo nombró Jacobo Zabludowsky, que incluye “casos emblemáticos” y anónimos que no llegan a los medios de comunicación ni a las organizaciones de la sociedad civil. Esos casos cuyas causas y efectos son diferenciados por lo que requieren intervenciones diferenciadas, pero en los que las personas intuyen un común denominador: la descomposición del tejido social.
La Marcha Nacional por la Dignidad y la Paz con Justicia y el Pacto Nacional tienen un impacto positivo sobre la cohesión comunitaria, definida como el proceso a través del cual las sociedades garantizan que todas y todos alcancen su máximo potencial y que requiere de la acción pública de gobernantes y gobernados (esta definición y el enfoque de cohesión comunitaria han sido propuestos por Cohesión Comunitaria e Innovación Social y empleados de manera conjunta con Fundación Este País para la elaboración de recomendaciones puntuales para enfrentar la situación de crimen y miedo al crimen en Ciudad Juárez y El Paso).
El impacto de la Marcha del 8 de mayo en la cohesión comunitaria se expresa al catalizar la interacción significativa, la solidaridad y la empatía con y entre las víctimas y la confianza en la relevancia de la participación ciudadana a través de la denuncia; al reconocer la diversidad concebida como el conjunto de experiencias de vida que devienen no sólo en lo que nos hace diferentes sino en lo que nos hace iguales, convergentes, semejantes; al exigir la comprensión de la complejidad de la seguridad entendida no sólo como seguridad pública sino como seguridad humana; al vincular las políticas públicas y las decisiones y acciones de los partidos políticos, gobiernos estatales y municipales, monopolios, asociaciones religiosas y poderes fácticos con las causas y efectos de las violencias. Dicho impacto será mayor si se generan los espacios, esferas y ámbitos en los que estas interacciones y relaciones sean más profundas, regulares y cotidianas.
No obstante, existe una diferencia esencial entre el concepto de tejido social (enarbolado por el Gobierno Federal y por la Marcha y el Pacto) y el enfoque de cohesión comunitaria. Cuando unos y otros hablan de tejido social reducen su composición o descomposición a la acción gubernamental o a la acción no gubernamental, respectivamente. Desde el enfoque integral y multidimensional de la cohesión comunitaria, ésta deriva, por un lado, de las políticas, programas y servicios públicos; y, por el otro lado de las decisiones y acciones individuales y colectivas de quienes vivimos y transitamos por México. Es decir, de la acción pública.
Si el fortalecimiento o el debilitamiento de la cohesión comunitaria deriva de la acción pública tanto de gobernantes como de gobernados: ¿qué pueden hacer las personas de manera inmediata, regular o cotidiana para contribuir a este proceso? ¿Cómo aumentar la cantidad y la calidad de nuestras relaciones humanas tanto en los espacios públicos como en las esferas privadas? ¿Cómo profundizar los lazos afectivos que tenemos con nuestra calle, colonia, ciudad o región? ¿Cómo detectar y solucionar nuestros conflictos manera pacífica? ¿Cómo construir ciudadanía desde la participación organizada y no organizada en vez de apostarle al aislamiento y la exclusión? ¿Cómo confrontar la normalización de las violencias, la ilegalidad y la opacidad? ¿Cómo capitalizar las lecciones de buenas y malas prácticas? ¿Cómo contribuir al desarrollo personal, familiar, social y comunitario?
Además de fomentar la adopción y ejecución del Pacto Nacional y de honrar la memoria de las víctimas y movilizarnos por su dolor: ¿Cómo podemos evitar que las violencias sean el único punto a través del cual podemos converger? ¿Cómo podemos catalizar la acción pública de la ciudadanía y de los gobiernos y poderes? ¿Cómo identificamos el impacto público y colectivo de nuestras decisiones y acciones individuales y privadas? ¿Cómo podemos, tú y yo, mejorar las ocho dimensiones de la cohesión comunitaria? Estos puntos que quedan sueltos en la Marcha y en el Pacto. Pero no le corresponde al Movimiento llenar estos vacíos, sino a cada persona que vive y transita por México, sean gobernantes o gobernados.
Como afirmó Javier Sicilia desde el Zócalo el 8 de mayo: “Es un desafío más que complejo. Pero México no puede seguir simplificándolo.”
Autora invitada:
Suhayla Bazbaz Kuri27 de abril de 2011
Día de la Tierra (+5)
The Aurora from Terje Sorgjerd on Vimeo.
The Mountain from Terje Sorgjerd on Vimeo.
24 de marzo de 2011
A propósito de Cd. Juárez y la inseguridad
Erick RS
15 de marzo de 2011
Mórbida obesidad
Cual fanáticos entusiastas de algún equipo de fútbol americano, a muchos mexicanos les gusta alzar la mano de hule-espuma y decirle al mundo: somos los número uno. El dedo índice, flamígero, se levanta vigoroso e insiste en que, como México, no hay dos. Las noticias nos lo confirman: los mexicanos, dice el conductor de radio para dar fuerza a su editorial, somos los más corruptos del mundo. Los taxistas, que mucho saben de distancias, opinan con orgullo que los chilangos viven en la ciudad más grande del orbe. Algunos gobiernos enardecidos anuncian que hemos preaparado la torta más grande del planeta. La sociedad civil y los organismos internacionales nos recuerdan que en educación estamos "reprobados". Y como postre, abrimos el periódico y dice que nos informa la OCDE que no somos "gorditos" sino los más "obesos" del mundo. Hace unos meses, tras la presentación del informe de la OCDE sobre la materia, le pedimos a la Dra. Andrea Díaz-Villaseñor, investigadora joven y dedicada del Instituto Nacional de la Nutrición, que nos ayudara a confirmar nuestra fascinación con ser el número uno en obesidad. Su respuesta, y la medición correcta hecha por la OCDE, la publicamos en un pequeño informe sobre la obesidad en México. A riesgo de ser un "spoiler" les adelanto el final de la película. En esto tampoco somos el número uno.
Eduardo B.
(Foto: Detalle del mural colectivo "Cronología subterránea de Ciudad Juárez")
9 de febrero de 2011
Dolientes
Eduardo B.
2 de diciembre de 2010
Adrián Fernández, pieza clave en COP 16
FEP: ¿Cuáles son los temas clave para México en el marco de las negociaciones de la COP16?
AF: Un primer tema es la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (REDD), donde hay un gran potencial de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Otro tema es el Fondo Verde, que a partir del 2012 podría canalizar 100 mil millones de dólares anuales, hacia el 2020, para la mitigación y adaptación en países en desarrollo.
En mitigación, los países en desarrollo deben manifestar si reiteran sus metas de reducción de emisiones para el 2020, plasmadas en el Acuerdo de Copenhague, y cuyo cumplimiento depende de que exista financiamiento para crear capacidades y acceder a tecnologías limpias.
También urge avanzar en la implementación efectiva de la agenda de adaptación a los efectos del cambio climático.
FEP: ¿Qué resultados espera alcanzar México en esos temas clave?
AF: México ha planteado objetivos realistas para las negociaciones. Un resultado “ideal” sería lograr “un paquete balanceado” de decisiones en todos o la mayoría de estos temas: (1) aumentar recursos para la adaptación; (2) aprobar criterios generales en deforestación evitada o REDD+; (3) ratificar las metas del Acuerdo de Copenhague; (4) definir esquemas de transparencia, monitoreo, reporte y verificación de metas y medidas de mitigación, y de apoyos financieros; (5) crear un fondo verde; (6) demostrar, con claridad, que se avanza en la aplicación de los recursos nuevos del financiamiento de arranque rápido 2010-2012; (7) establecer un mecanismo para el desarrollo y diseminación de tecnologías, incluyendo una red de centros regionales; y (8) aceptar que a partir de 2010 habrá un segundo período de compromisos dentro del Protocolo de Kioto, o bien, posponer la discusión de este tema para 2011 para evitar que se obstaculicen avances en otras áreas.
FEP: ¿Cuáles son los principales avances de México en materia de cambio climático que presentará en COP16?
AF: México es el único país en desarrollo que ha entregado a la Convención Marco de las Naciones Unidas cuatro Comunicaciones Nacionales, que son reportes que deben elaborar los países firmantes de la Convención. México también ha actualizado el Inventario Nacional de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero y tiene un Programa Especial de Cambio Climático, con metas concretas de reducción de emisiones. En la agenda doméstica, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, por conducto del Instituto Nacional de Ecología, apoya técnica y financieramente a las entidades federativas para preparar sus Planes Estatales de Acción Climática.
FEP: Independientemente de los resultados de COP16, ¿cómo afectan las negociaciones los objetivos de México en materia ambiental?
AF: Ser sede de la COP16 nos da la oportunidad de avanzar en la agenda doméstica, y creo que estamos aprovechando el reflector para crear mayor conciencia en la sociedad y en los tomadores de decisiones. Ahora habrá que pasar a los cambios estructurales. Si uno de los acuerdos que se logre en Cancún es refrendar los compromisos que los países plantearon en el Acuerdo de Copenhague, esto significaría ejercer una presión internacional permanente para que la administración federal actual y las futuras hagan mayores esfuerzos por materializar los cambios legales e institucionales que necesitamos.
FEP: Al ser anfitrión de la COP16, ¿México es responsable de sus resultados?
AF: En la negociación somos tan responsables como las otras 193 partes, porque está en juego el futuro de todos. Como anfitriones, sí somos responsables, en mayor grado que los demás, de crear las condiciones para una negociación fructífera y la construcción de consensos. Esta tarea la ha conducido la Secretaría de Relaciones Exteriores durante 2010, convocando numerosas reuniones para discutir todos los temas relevantes con todos los actores involucrados, entendiendo que estos procesos, a veces informales, son complementarios y útiles para el proceso formal de negociación, que ocurre en las Naciones Unidas.
Con apoyo de Roberto C, Lucia C, Carla C, Vania M y Eduado B
21 de octubre de 2010
El sublime afán de procrastinar
“Le dicen usurpador del tiempo, pero otros creen, justificándose, que es lo contrario: un aliado de la productividad. Se trata de procrastinar.” Las dos frases anteriores las escribí hace como un mes y desde entonces decidí (inconscientemente) que era mejor poner en práctica el tema de este texto, que escribirlo. Procrastiné.
En efecto, cuando se trata de procrastinar esta nota es ejemplo de lo que eso significa: luego de 5 horas de investigación y lecturas; 3 horas pensando cómo hacerla más perfecta sin escribirla; 1 hora de discusión con colegas que me insistían en escribir esta nota desde hace semanas y con quien aproveché esos momentos para platicar sobre muchas otras cosas, incluyendo lo importante que sería escribir en este blog sobre el tema; luego de 40 minutos de escritura, 30 de edición y 15 de postproducción, y en general, 1 mes de procrastinación, aquí está, una brevísimas líneas (más o menos) sólo para hacerle un digno reconocimiento a esta loable práctica de posponer para después lo que se puede hacer ahora… haciendo muchas otras cosas que quizá nunca hubiera hecho.
Durante un mes he tenido un diálogo muy intenso para hacer esta entrada en el blog: “¿con qué frase empiezo que sea genial?”, “hay que investigar un poquito al menos”, “¡Uy! Ya me ganaron la entrada en el blog, ahora tengo que esperar unos días para no robarle el foro”, “¿cómo empiezo?”, “tengo cosas mucho más importantes qué hacer, en unos días lo hago”, “pero, ¿hacer esta entrada no es procrastinar respecto de otras cosas más relevantes?”, “mmm, ¿estoy procrastinando con otras cosas para evitar hacer esta entrada en el blog o hacer la entrada en el blog supone procrastinar respecto de otras actividades? Cuando tenga una respuesta, escribo sobre eso en el blog” “wow, este artículo sobre procrastinar en The New Yorker está buenísimo, lo tengo que leer y luego hago la entrada en el blog”, “es de Conocimiento útil, ¿no?, alguna cosa de utilidad tengo que ponerle”, “¡Me lleva! Dejé el avance del blog en la oficina (o en la casa y así sucesivamente)”, “acabo el Indicador y escribo el post”. Y así pasaron más o menos 4 o 5 semanas desde que surgió la idea inicial de escribir sobre el sublime afán de procrastinar.
Hay en general dos posiciones sobre esto de procrastinar. Están los que creen que es una pérdida de tiempo, una irresponsabilidad y una confirmación de la continuidad del letargo y puerilidad adolescente en la vida adulta. Y otros que creen que es un motor de la productividad: ¡Hago tantas otras cosas cuando no quiero hacer eso por lo que procrastino! Por tal de no hacer lo que debo hacer, me esmero en terminar o iniciar muchas otras actividades. La procrastinación puede ser estructurada, un síntoma inevitable de los perfeccionistas.
Luego de algunas de las lecturas hechas y de mis reflexiones, aproximo dos hipótesis sobre la procrastinación, que sumo a las posiciones y múltiples discusiones que ya existen sobre el tema:
- Los niños nunca, o casi nunca, procrastinan. Se trata más bien de un fenómeno que inicia, en forma, en la adolescencia y continua, con persistencia y ahínco, durante la edad adulta. Los niños no procastinan porque casi todo es juego para ellos y jamás se procrastina para jugar. Los adultos somos los héroes de la procrastinación.
- Los que hacen multitasking, o son, digamos, profesionales de las multitareas, son los más proclives a procrastinar. Y la razón es simple: hacer muchas cosas de forma simultánea es no hacer ninguna realmente, es una forma, muy peculiar, de posponer bajo la ingenua ilusión de que se esta avanzando. Y al mismo tiempo, quienes han desarrollado el multitasking están más alertas de todas las cosas que podrían estar haciendo en lugar de terminar lo que deberían concluir.
Bueno, creo que he dado ya material para que otros procrastinen ahora. Lean los textos que están en los hipervínculos de esta entrada y reflexionen, en compañía de sus colegas procrastinadotes sobre las profundas reflexiones que he aportado. Enhorabuena. Me detengo, antes de extenderme más y procrastinar respecto de otras tareas que apremian.
Procrastinatócratas del mundo, ¡Uníos!
Roberto C.