26 de marzo de 2010

El árbol de la casa de los gatos

Desde hace 9 años paso a diario por la “casa de los gatos”. Esta casa se encuentra en la calle de Pino en Coyoacán, muy cerca de nuestra oficina. La propiedad estuvo habitada, hasta hace poco, por una mujer y casi un centenar de gatos. Mi voyeurismo me hacía asomarme con frecuencia: logré ver las antiguas fotos familiares, los gatos jugueteando, royendo el mobiliario y la soledad de la mujer. Fantaseaba sobre los diversos motivos que llevaron a esas condiciones de abandono a la mujer y a la casa. Nunca reparé en un frondoso árbol que cuida la entrada de esta propiedad.

Hace unos meses, un ejército de trabajadores de la construcción habita en la casa y trabaja en su renovación. Desconozco qué sucedió con la señora y los gatos. Pero a partir de un llamado vecinal, me enteré que el destino del frondoso árbol está en peligro, estorba los nuevos planes de la casa. Varios vecinos de la colonia Villa Coyoacán se han manifestado en contra de la tala de este árbol. Pero como pueden apreciar en esta imagen, lo más probable es que desaparezca.



Esta historia sobre el árbol de Pino, me recordó una de las tantas luchas de Daniel Gershenson, presidente de Al Consumidor, por el respeto de los árboles y áreas verdes de la ciudad. Ya que hablamos de Gershenson, ayer la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa que contempla la inclusión de la figura de las acciones colectivas en la Constitución mexicana. Él ha sido uno de sus principales impulsores. Ahora el futuro de la figura de las acciones colectivas está en manos de las legislaturas estatales, para que quede plasmada en la Constitución. Después, nos tocará seguir la elaboración de una ley secundaria que la regule. No sé si las acciones colectivas podrían haber hecho algo por el árbol de Pino, esperemos que la colaboración vecinal sí logre su objetivo por salvarlo.

M del C

3 comentarios:

Bárbara C. dijo...

M del C, sabe que tiene en mí a una admiradora de su estilo. Soy consciente de que es usted una mujer muy ocupada, pero esa pluma no debe descansar tanto.

M dijo...

Eres una natural de la 'story' a la anglosajona, Mich. Entras con una anécdota cercana, personal, que engancha al lector, y luego dejas caer la artillería, el tema sustancial que te mueve a escribir, y elevas la nota a un punto relevante, incluso urgente, para todos. Ya se manifiesta tu pasión por la figura de acción colectiva. Seguro sabremos más de tu involucramiento en el tema pronto.

Vania Montalvo dijo...

Y de lo que me voy enterando aquí. Yo no sabía nada sobre la casa de los gatos. Igual que tú, me pregunto cómo fue que la señora llegó a vivir así.

Sin duda, la aprobación de las acciones colectivas nos permitirá defender en el futuro, no sólo a este árbol, sino a muchos más; además de porsupuesto, muchas otras causas.

Es un buen paso para el fortalecimiento de la ciudadanía.